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El día de hoy estamos aquí reunidos para celebrar
en vida a uno de los grandes investigadores de este
Instituto. Alguien que lo vio nacer y al que tanto le ha
aportado: el Dr. Barbarín Arreguín Lozano. Borges solía
decir que exageramos con los encantos del sistema
decimal, pero no podríamos dejar pasar la ocasión para
dar un homenaje a los cien años de quien tanto ha
contribuido al quehacer científico.
Barbarín, como le decimos en el laboratorio, ha sido
parte fundamental en la vida cotidiana de todos los que
hemos trabajado en el Laboratorio de Bioquímica 2. El
ha sido testigo de nuestros triunfos, nuestros fracasos,
nuestras frustraciones, nuestros festejos y nuestro
pleitos (sí, nos ha visto pelear, y siempre nos a ayudado
con una sincera sonrisa). Así es como nosotros hemos
sido testigos de su bondad, su humildad, su gran
experiencia de vida y sus regaños a Roberto. Todas
las mañanas lo vemos llegar acompañado por alguno
de sus nietos cargando con dos portafolios, uno de los
cuales contiene su laptop y el otro, sigue siendo un
misterio su contenido.
Todo estudiante al llegar por primera vez a trabajar
al laboratorio, pregunta ¿y quién es el señor en ese
cubículo? La respuesta obligada siempre es: Es el
doctor Barbarín, papá del Dr. Roberto. Y nunca faltan
los datos que complementan a esa respuesta como:
es investigador emérito, estudió su Doctorado en
Caltech, trabajó con un premio Nobel, es pionero en la
investigación del hule, etc. Pero, es una de las historias
de su tiempo como profesor de bioquímica la que
realmente impresiona a cualquier estudiante, la que
nunca olvidaremos y que es su sello indiscutible: él
reprobó a Antonio Lazcano.
Todos los días, después de leer la gaceta UNAM o
alguna otra publicación que caiga en sus manos,
Barbarín se pasea por el laboratorio y nos observa. Es
entonces cuando se acerca con alguno de nosotros
y comienza a relatar alguna historia. Así nos hemos
enterado acerca de su familia, del lugar en donde creció,
en dónde estudió, y que adora a su esposa. También
de toda la gente importante que conoció a lo largo de
su vida como el Presidente Manuel Ávila Camacho,
quien le otorgó la beca para realizar sus estudios de
Posgrado; a Linus Pauling y de su amigo y colega,
Feodor Lynen (Premio Nobel de Fisiología o Medicina
en 1964) a quien conoció cuando estuvo en el Instituto
Max Planck, en donde vivió en un cuarto para visitantes
por cuatro meses. Nos ha enseñado decenas de fotos
Investigador Emérito del Instituto de Química
Dr. Barbarín Arreguín
al
de su familia, de cuando era pequeño, de sus colegas y
le encanta mostrarnos fotos de cómo era Caltech cuando
estudiaba ahí y de cómo es ahora. También disfruta mucho
enseñarnos el libro de Química que escribió Pauling, sus
viejos diccionarios y sus publicaciones.
Muchos de los que estamos aquí conocemos parte de
la trayectoria del Dr. Barbarín gracias a que hemos leído
sus “memorias”
2
, un hermoso libro lleno de anécdotas y
recuerdos, hábilmente diseñado por su nieto Emiliano y del
que todos en el laboratorio tenemos una copia. No es posible
describir en esta breve intervención todos sus logros pero,
podemos mencionar algunos de los más notables: Realizó
sus estudios de Doctorado en Caltech con James Bonner
lo que lo convirtió en el primer bioquímico mexicano for-
Dr. Fernando Lazcano / Discurso en el evento realizado en el IQ en honor al Dr. Barbarín.
